En un evento virtual, en el que se pierde el cara a cara, tanto el presentador/es como los asistentes buscan sacar el mayor rendimiento posible al objetivo marcado por el mismo. Los primeros minutos pueden ser clave, saber romper el hielo y tener herramientas para ello pueden ayudar a que el evento tenga el éxito deseado por todos los participantes.
Una vez comienza el evento, es el momento de que los asistentes pasen a un modo activo, predispuestos a la escucha y a la participación. El presentador o moderador tiene un papel clave para ello, y debe saber utilizar diferentes técnicas para romper el hielo que hagan arrancar con buen pie al evento.
Lo primero que se debe hacer es decidir la dinámica a seguir en función de los resultados que quieran obtenerse. Puede optarse por que los participantes se presenten, despertar la energía de grupo, fomentar la participación, prepararlos para trabajar en equipo, hacer una sesión de brainstorming…
Conocer a los asistentes
También es importante tener detalles de los asistentes, conocer sus perfiles. Esto ayudará a saber si entre ellos existía contacto previo o trabajan en la misma empresa para conducir las presentaciones por una dinámica u otra. Contar con perfiles similares hará que todos los asistentes se sientan cómodos con las dinámicas. Sin embargo, que los perfiles sean diferentes también puede aprovecharse para que los participantes aprendan y se interesen por formas a las que no están acostumbrados.
Una vez se ha decido la dinámica a seguir, las presentaciones para romper el hielo no deberían durar más de 15 minutos. Más tiempo puede llegar a ser contraproducente para los objetivos y perder la atención e interés de los asistentes. Se ha de concretar las actividades y adecuarlas al número de asistentes, asegurándose que todos los presentes las entienden, participan y se sienten involucrados.
Para dinamizar una presentación y fomentar la participación siempre funcionan las votaciones, rondas de preguntas, verdadero o falso o dinámicas sencillas de gamificación, que harán estar atentos a todos los presentes. Hacer que los asistentes se presenten de forma diferente o fuera de lo habitual a lo que se está acostumbrado provocará que, además de romper el hielo, el evento sea recordado de una forma positiva.