Nuestro cerebro procesa información de forma veloz, formando juicios con solo un rápido vistazo. Cuando se trata de eventos, la manera en que transmitimos nuestro mensaje es tan vital como el mensaje mismo. La comunicación visual desempeña un papel crucial: determina si un asistente decide comprometerse más con el evento desde el inicio, y si percibe tu marca como fiable.
La fuerza de lo visual
El proceso de la visión es un complejo entramado que se completa en apenas 13 milisegundos (el tiempo que el cerebro humano necesita para procesar las imágenes captadas por el ojo). Ana García Abad (Ogilvy Health), en un artículo para Diario Farma, destaca que «el 90% de la información que nuestro cerebro procesa es visual. Esta es la razón por la cual recordamos el 80% de lo que vemos, solo el 20% de lo que leemos, y apenas el 10% de lo que escuchamos. Además, el cerebro procesa las imágenes 60,000 veces más rápido que el texto». Esto demuestra lo esencial de la comunicación visual en un evento.
Los elementos visuales despiertan nuestra creatividad, pensamiento y memoria. A través de esta forma de comunicación intrínseca para la cual hemos sido biológicamente diseñados, podemos persuadir, sin importar el idioma que empleemos. Las imágenes también son una herramienta poderosa para evocar emociones. Una imagen de alegría, tristeza o angustia puede transmitirnos esas sensaciones instantáneamente y dejar una impresión duradera.
Colores y movimiento para atraer la atención en un Instante
¿Qué es lo primero en lo que te fijas al llegar a un evento? Los colores. La diseñadora y decoradora de eventos, Cristina Avendaño, sugiere «definir una paleta de colores coherente y limitada, teniendo en cuenta los colores de la marca. Luego, agregar colores contrastantes que estén en armonía con la paleta seleccionada para resaltar los mensajes clave«. Sin embargo, es crucial evitar la sobrecarga visual y los colores demasiado llamativos para no abrumar al espectador. «Yo prefiero elegir una gama cromática basada en el diseño o concepto del cliente. A partir de ahí, todos los colores utilizados en la decoración, las flores, etc., deben ser de la misma gama, utilizando diferentes intensidades en los tonos».
El movimiento también es una herramienta efectiva para atraer la atención en un evento. Desde tiempos remotos, nuestro cerebro está cableado para detectar movimiento como señal de posible peligro, por lo que nos llama mucho la atención. Para dar dinamismo al evento, se pueden incorporar vídeos o espectáculos altamente visuales que transmitan el mensaje del evento. También puedes jugar con la ilusión del movimiento. Pero cuidado con exagerar, ya que un exceso de movimiento puede ser contraproducente distraer a los asistentes del mensaje central.
Contrastes, tus grandes aliados
No podemos olvidar el impacto del contraste visual, porque no toda la información en un evento es igualmente importante. Establecer una jerarquía visual resalta algunos elementos sobre otros, permitiendo al participante comprender rápidamente qué contenidos son más relevantes. ¿Cómo lograr este contraste? Utilizando diferentes tipografías o colores para enfatizar la información escrita.
Para resaltar elementos en un espacio mediante el contraste, se pueden incluir piezas decorativas o activaciones que rompan con la estética general del lugar o, por el contrario, resalten las características del evento. ¡Y no olvides las luces para crear contraste! Los expertos en teatro comprenden bien cómo dirigir la atención del público solo con cambios en la intensidad de la iluminación.
Comunicación visual más allá del evento en sí
Tanto la antesala como el seguimiento del evento son igualmente importantes, así que es importante trabajar en la estética de la comunicación con el público si se desea causar una buena impresión. En la fase previa al evento, el primer contacto suele ser a través de la invitación, por lo que aprovecha la tecnología y envía una invitación dinámica. Asegúrate de que los colores de la marca y del evento estén presentes y elige un diseño adecuado para comunicarlo.
Lo mismo aplica para proporcionar información sobre el evento: utiliza imágenes de ediciones anteriores para que los asistentes puedan anticipar lo que sucederá. Para mejorar aún más la comunicación visual del evento, incluye fotos de los ponentes, si los hay, e incluso un adelanto de los preparativos del evento.
Después del evento, puede convenir enviar una encuesta, pero busca formas de hacerla más dinámica. Siempre mantén la coherencia visual en todos los contenidos compartidos sobre el evento, ya sea por correo electrónico, en el sitio web o en las redes sociales. No subestimes el poder de estas últimas. Las redes sociales son fundamentales para atraer a un público más amplio, y la clave para captar la atención está en lo visual, utilizando la identidad de la marca para destacar.