La vida avanza a una velocidad vertiginosa. En ocasiones lo hace tan rápido, que cuesta darse cuenta de la cantidad de cosas que cambian a nuestro alrededor y en todos los ámbitos. Por ello, a veces es necesario echar la vista atrás para poder digerir todos los cambios, un ejercicio de ubicación en una nueva realidad en la que aparece con fuerza la nostalgia.
Ese sentimiento de añoranza ante experiencias felices pasadas está presente en todas las personas sin importar la edad. Aunque pueda parecer que no por la importancia que se le da al presente y la necesidad de mirar al futuro, lo cierto es que las emociones del pasado son importantes y complementarias. La nostalgia es una emoción que ayuda a mejorar la salud mental y que aumenta el ánimo y la energía. Pero, ¿qué beneficios ofrece al sector de los eventos?
Mejora la salud
Las redes sociales recuerdan constantemente momentos del pasado. Diversos estudios demuestran que regresar a tiempos felices proporciona un lugar cálido y seguro, además de levantar el ánimo y actuar como analgésico ante el dolor psicológico leve. Éste hecho podría tener una función social: al sentir nostalgia personal, se busca más apoyo emocional alrededor disminuyendo el sentimiento de soledad. Recordar buenos momentos compartidos te hace buscar repetirlos. Un evento nostálgico puede provocar dimensiones sociales fundamentales para el ser humano.
Fortalece el sentido de identidad propia
Regresar al pasado a revisar experiencias funciona, inconscientemente, como una herramienta de autodescubrimiento, una narrativa que ofrece un sentido para entenderse a uno mismo, quiénes fuimos, somos y el tiempo que vivimos. En eventos que requieren crear cohesión de equipo (teambuildings, incentivos…) el añadir recuerdos de éxitos pasados refuerza dicho sentido de pertenencia al equipo “si hemos sido capaces de esto antes, ahora lo lograremos porque estamos juntos”.
Conecta con el presente
La mente humana busca siempre su bienestar y se adapta a las circunstancias actuales para buscar la supervivencia actual. Por ello, tiene un mecanismo que matiza los recuerdos y los adapta a cada situación. La nostalgia induce a buscar aquello que era importante para uno mismo y que ahora no se tiene, por tanto, ayuda a sopesar y detectar lo realmente importante.
Además, el hecho de ser conscientes en el presente de que en un futuro recordaremos cada momento con nostalgia, hace querer exprimirlos al máximo y vivirlos de la forma más intensa posible. Utilizas recursos en eventos para evocar este mensaje, aumentará el compromiso e implicación de los asistentes.
Aumenta el optimismo
Cuando una persona se enfrenta a un problema, incertidumbre o momento de negatividad, los recuerdos felices dan un respiro. Estos actúan como refuerzo positivo ante a un futuro incierto por el hecho de reencontrarse con el pasado y ver
cómo, anteriormente, se superaron situaciones complicadas. En tiempos de dificultad, es momento de echar la vista atrás y revisar éxitos pasados para insuflar aliento al equipo.
Además, la mente está diseñada para protegerse a sí misma evitando el sufrimiento. Los recuerdos emocionales asociados con hechos negativos se eliminan más fácilmente que los positivos. ¿Ha llovido en el evento? En el momento será un gran problema para la gestión, pero tras un tiempo, los asistentes lo recordarán como una divertida anécdota.
Crea memorabilidad
El inconsciente de las personas tiende a recordar los elementos agradables con más precisión e intensidad que los desagradables incluso inventando detalles, recordando experiencias pasadas de una manera más optimistas de lo que realmente ocurrieron. Este efecto es denominado como el principio de Pollyanna. Esto justifica más aún el hacer eventos y crear experiencias. Ya sea para comunicar una marca, para consolidar una relación con grandes clientes o para motivar al equipo humano. Ofrecer una experiencia de 10 será recordada como una de 12, algo incomparable a entregar un regalo, un bonus o un descuento.
Conecta e inspira confianza
La confianza es clave en el marketing, ya que cada transacción implica un riesgo y por tanto se podría hablar que es casi “un acto de fe”. En una época en la que la incertidumbre está presente y la confianza es un bien escaso, la nostalgia es un medio que la construye. Ésta conecta con los deseos de la juventud y con los deseos comunes con otras personas. Acogerse al concepto “consumo nostálgico», significa utilizar recursos que transportan a otra época, aumentando el entusiasmo, las conexiones y el compromiso de los asistentes.